El Asalato o Kass Kass es un instrumento de percusión originario del oeste africano Senegal, Ghana, Camerún, benín, Guinea, Togo.
Ha extendido su popularidad alrededor del mundo por sus cualidades que lo hacen un instrumento único. En esencia, dos pequeños calabacines rellenos de semillas unidos por una cuerda, al comenzar a tocarlo descubriremos que las posibilidades rítmicas son infinitas.
Es uno de los instrumentos musicales que más nombres recibe según la cultura.
Podemos encontrarlo como kess kess, thelevi, kisseng kisseng, aslato, aslatua bakayo, kashaka, kasso kasso, kosh kash.
Una calabaza se mantiene en la mano entre los dedos indice y medio, y la otra se hace oscilar de lado a lado alrededor de la mano de modo que se crea un sonido de impacto. Mientras las semillas en el interior orbitan acompañando el movimiento.
Como características importantes podemos destacar su tamaño reducido, su fácil transportabilidad, lo simple de su construcción, el bajo costo y la versatilidad musical.
El arte de jugar Kass Kass es además una poderosa herramienta terapéutica con muchísimos beneficios para la salud.
- Mejora la flexibilidad de las manos, brazos cuello, hombros y el pecho.
- Invita a la meditación y a la concentración, promoviendo la relajación y reduciendo los niveles de stress y ansiedad.
- Colabora al Desarrollo de habilidades que mejoran la destreza, ambidiestrismo, sincronización cerebral hemisférica y la capacidad de realizar múltiples tareas.
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Árbol africano llamado Oncoba Spinosa (Nombre científico) y Swawa (Nombre en lengua africana) cuyo fruto de sabor muy amargo da lugar a este bello instrumento. Los fabricantes de Kass Kass tradicionales viajan kilómetros en lanchas rio adentro para recoger estos frutos. Luego de varios procesos estos calabacines estarán listos para convertirse en Kass Kass.
Así luce un Kass Kass tradicional africano.
Nótese las características de las cuerdas. Son confeccionadas artesanalmente a partir de retazos de tela en desuso.
Este video documenta cómo es el proceso tradicional de la fabricación de un Kass Kass en África.
Así suenan los asaltos